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viernes, 26 de febrero de 2016

Detectan residuos de glifosato en la cerveza

Salud Pública 
Beber cerveza es una parte importante de muchas culturas y estilos de vida, pero a veces puede salirse de las manos y tener un impacto negativo en tu vida, bien vale la pena reflexionar y es que en el camino por la vida el ser humano lo desconoce casi todo. No sabemos quiénes somos, ni de dónde venimos, ni cuál es la finalidad de nuestra existencia. Somos manejados por fuerzas inconscientes que a través de la manipulación de la mercadotecnia nos imponen costumbres, vicios, deseos, etc. Nuestro propósito es que el ser humano se conozca a sí mismo y sea  redimido (Liberar de cautividad física.) en éste mundo falso e ilusorio en que vivimos y en donde la felicidad es muy relativa. Nuestra redención es posible por medio del sacrificio de Cristo (Gá. 3:13; 4:4, 5; 1 P. 1:18, 19; Ap. 5:9;). No es necesario discutir sobre los efectos del alcohol. 
Sólo un pequeño sorbo de cerveza puede excitar al cerebro y aumentar el deseo de beber. Es lo que sugieren investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana tras un experimento que ha sido publicado en la revista especializada Neuropsichopharmacology. Los resultados mostraron que el cerebro liberaba más dopamina después de ingerir la cerveza y que los hombres eran más propensos a decir que tenían ganas de tomar una bebida alcohólica. Y los efectos eran mayores en hombres con historial familiar de alcoholismo, lo que podría significar que hay un factor de riesgo hereditario para esta enfermedad. No solamente se presenta este riesgo sino tambien al beber la cerveza que otros componentes o sustancias estamos consumiendo en ella. 
Un estudio ha detectado que las 14 marcas de cerveza más populares en Alemania contienen restos del herbicida glifosato. El glifosato es el principio activo del herbicida Roundup (nombre comercial producido por Monsanto, cuya patente expiró en 2000). En 1996 Monsanto fue acusado de publicidad falsa y engañosa de los productos derivados del glifosato, acarreando una demanda judicial iniciada por el fiscal general del estado de Nueva York. El 20 de enero de 2007, Monsanto fue declarada culpable de publicidad engañosa por presentar al Roundup como biodegradable y alegar que el suelo permanecía limpio después de su uso. Defensores del medio ambiente y de los derechos del consumidor planteearon el caso en 2001 sobre la base de que el glifosato, el ingrediente principal del Roundup, está clasificado por la Unión Europea, como «peligroso para el medio ambiente» y «tóxico para los organismos acuáticos». Monsanto Francia tiene previsto apelar el veredicto. El 20 de marzo del 2015, la Organización Mundial de la Salud declaró en Lyon, Francia, que el glifosato es “un probable carcinógeno para los seres humanos” y lo clasificó en el Grupo 2A. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) define el Grupo 1 “como carcinógeno para los seres humanos. El siguiente grupo, el 2A, menos maligno, lo define “como probablemente carcinógeno para el ser humano". También que existe "evidencia limitada" de que el glifosato puede producir linfoma no Hodgkin en los seres humanos, y que hay pruebas "convincentes" de que puede provocar cáncer en animales de laboratorio. Estudios in vitro han demostrado que el glifosato afecta la producción de progesterona en células de mamíferos y puede aumentar la mortalidad de las células placentarias. Si estos estudios permiten clasificar al glifosato como un disruptor endocrino es una cuestión de debate.
El estudio del Instituto Medioambiental de Múnich publicado este jueves denuncia que en las marcas analizadas -entre las que se encuentran Beck's, Paulaner o Franziskaner- se han registrado valores de glifosato de entre 0,46 y 29,74 microgramos por litro. La cantidad más elevada es 300 veces superior al máximo de 0,1 microgramos establecido para el agua potable (no hay un límite para la cerveza), pero los ¿expertos? coinciden en señalar que harían falta cantidades ingentes de cerveza al día para alcanzar un nivel de riesgo. "Para alcanzar una cantidad sensible para la salud habría que beber 1.000 litros de cerveza (al día). Aún no he visto a nadie en Baviera que se beba 1.000 litros de cerveza. Y si se los bebe, la muerte llega no por los pesticidas, sino por otras razones", aseguró el ministro de Agricultura alemán, Christian Schmidt.
El Instituto Federal de Valoración de Riesgos (BfR) aseguró que la situación no supone un peligro para los consumidores y que incluso la cantidad más alta encontrada es tan baja que requeriría la tasa de consumo citada por el ministro. El Instituto Medioambiental de Múnich, por su parte, enfatizó no tanto las cantidades detectadas, como el hecho de que este herbicida, que se sospecha que puede ser cancerígeno, llegue hasta los consumidores. "A un producto que probablemente sea cancerígeno no se le ha perdido nada ni en la cerveza ni en nuestro cuerpo", afirmó Sophia Guttenberger, experta del centro que ha elaborado el estudio. El Instituto Medioambiental de Múnich exigió además a los productores que expliquen "cómo ha podido llegar el glifosato a la cerveza" y que se aseguren que sus bebidas no contienen este herbicida en el futuro.
Los fabricantes, por su parte, cargaron contra el estudio, acusándolo de "absurdo e insostenible", en un comunicado de la Federación de los Cerveceros Alemanes (DBB) en el que defendieron sus sistemas de control y los de la administración pública, así como la exigencia de la ley de la pureza alemana. Además, un portavoz de la Asociación de Agricultores Alemanes (DBV) recalcó que el país tiene la ley de herbicidas "más estricta del mundo".

LA CEBADA, POSIBLE ORIGEN
En su opinión, el glifosato podría provenir de la cebada importada para producir la cerveza (porque se descarta casi por completo que esté presente en el resto de ingredientes), algo que afectaría principalmente a Francia, Dinamarca y el Reino Unido. El glifosato es un herbicida de amplio espectro muy empleado a nivel mundial para la protección de cultivos. Alemania es el mayor fabricante de cerveza del mundo y el segundo en consumo per cápita de esta bebida alcohólica. 
Por ultimo como reflexión sino nos envenena el glifosato, si nos destruye el vicio de las bebidas alcohólicas; es incuestionable que siendo el alcohol un producto de desintegración, que se origina también en nuestro organismo, entre los que se eliminan por la piel, tiene una tendencia vibratoria, disgregante, disolvente y destructora, secando nuestros tejidos y destruyendo las células nerviosas, las que gradualmente son sustituidas por cartílagos. Resulta perceptible que esta sustancia tiende a eliminar la capacidad de pensar y de juzgar serenamente, ya que estimula la fantasía y debilita el sentido ético así como también la libertad individual. Los dictadores y los tiranos, no ignoran que es más fácil gobernar y esclavizar a un pueblo de bebedores que a un pueblo de abstemios. En estado de embriaguez se cometen actos contra el decoro, el sentido moral y es notoria la influencia del alcohol sobre los crímenes. El humo y los vapores del abismo huelen a bebida. Este vicio ha dejado tras de sí, centenares de muertos, hijos tarados (dicen por ahí las malas lenguas que hasta presidentes necios e ignorantes), rencores y familia enteras desamparadas por su causa, embruteciendo y degenerando a la raza humana.

Fuentes: varios /EL HUFFINGTON POST / AGENCIAS  Publicado: 

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